lunes, 28 de febrero de 2011

Armagedón: Alfredo A. Calderón Cámara / Columna / Feb 28

(Publicado en el Diario Olmeca)

“Ya os lo he
dicho antes”…
Mateo 24:25

Jarabe de pico…

alfredocalderon@hotmail.com

La palabra es sonora cuando es clara; todos la oyen y a todos contagia si inspira confianza, su propia autoridad la multiplica; por eso, más vale decir una palabra transparente que gritar mil enmarañadas, José Carlos Ocaña no levanta en resultados y lo que es peor, ni siquiera sobresale en el discurso; obvio, es un político que tiene posición –es líder de la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados-, pero no tiene visión y mucho menos función, su paso por la política local ha sido y sigue siendo gris, por más que se le trate de inflar, su imagen no levanta, no transmite nada y nada proyecta.

Carece de visión, porque no es un político con vida propia, no existe en su ayer, su presente es irrelevante y tiene un mañana ya definido: se esfumará en dos años; es un “buen chavo” dijera Lorena Beaurregard, mujer sagaz que no quiso ir más allá en la definición porque todos saben que en política los buenos chavos no sirven, y menos funcionan; Ocaña Becerra no tiene función, porque no es un político que tenga liderazgo propio dentro del mismo Congreso, tampoco es factor de unidad para sus compañeros: él sabe que fue impuesto, y hasta estos momentos no sabe qué hacer con el cargo, manda, se ríe, es bonachón, pero nada de eso basta ni tampoco le rinde los resultados a Granier Melo, las metas sólidas parlamentarias que el Ejecutivo Estatal espera, y en las que una y otra vez ha fallado Ocaña Becerra, se ha quedado en la orilla y eso pega directamente en el ejercicio de gobierno a un Andrés Granier que va dejando todo.

Por eso cuando Ocaña Becerra dijo “Defendamos a Tabasco, sin condiciones; Luchemos por Tabasco, con firmeza y decisión… Con trabajo y resultados”. Fue ahí precisamente dónde la palabra de este “buen chavo” perdió sonoridad, triste es observar como este político pretende ganar sus batallas con fuegos artificiales, olvida que cuando es imposible hablar con dignidad, sólo es lícito callar, que decir a medias lo que se cree, es disfrazar las ideas, es corromperlas con reticencias haciendo concesiones a la mentira que por su misma naturaleza lleva de la mano a hipocresía de traicionar los ideales propios y de los amigos, Granier Melo, no merece esto.

No es lo mismo cuando políticos de la talla de Andrés Granier, Humberto Mayans o Luis Felipe Graham elevan la voz, de una u otra forma son políticos que tienen luz propia, políticos que han ganado el respeto, lo han conquistado con sus conductas y dicho sea de paso, todos respetan a quien sabe jugar su propio destino sobre la carta única de la dignidad; fuera de eso, lo demás son andaderas y muletas de utilería que poco sirven y menos valen para ir por la vida ejerciendo un oficio político que deje huella indelebles en el devenir histórico del pueblo. El 20 de noviembre de 2009, Graham Zapata dicto un discurso que todavía retumba en la clase política, Mayans Canabal en enero en pocas palabras movió Tabasco al decir: sí quiero. El mensaje de Ocaña Becerra no trae oficio, menos contenido, en unos días se olvidará, porque todo Tabasco sabe que es puro jarabe de pico…

EL SEPTIMO SELLO
Revisar el discurso de Ocaña Becerra lleva a darse cuenta que el contenido es en pequeño, una burda copia fiel del que diera Luis Felipe Graham Zapata hace casi dos años. Chéquelo…

LA SEPTIMA TROMPETA
¿Dónde están todos esos asesores que cobran miles de miles de pesos? Uff, ni siquiera un discurso propio pueden hacer ¿Y así quiere ser Gobernador?…

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