miércoles, 16 de febrero de 2011

Democracia Virtual: Eugenio Hernández Sasso / Columna / Feb 15

(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)

¿Existe el amor?

Hace varios años, cuando era un púber, me pregunté ¿existe el amor? y al no conocer el concepto me respondí y viví equivocadamente durante mucho tiempo.

En aquel entonces consideré que el tema era muy complicado y que el amor jamás podría existir entre dos personas de distintas familias que un día deciden unirse para compartir sus vidas. Simplemente creí que el amor era un sentimiento que se transmitía de padres a hijos y viceversa, pero lo otro bien podría ser costumbre.

Nunca encontré respuesta satisfactoria alguna hasta que en mi edad adulta, después de muchas derrotas en la vida y el fulminante fracaso matrimonial, en la biblia, en Juan 3:16, pude leer lo siguiente: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, más tenga vida eterna".

Caray ¿Entonces el amor es sacrificarse por otro? ¿No es entonces un sentimiento sino la decisión de hacer algo por los demás? Me dije, aunque la confusión iba en aumento para encontrar la definición de tan mencionada pero incomprendida palabra.

Entonces Dios, en su infinita misericordia, me llevó al pasaje de ese libro maravilloso llamado biblia (el más vendido en el mundo pero el menos leído) ubicado en 1ª de Corintios 13:1 que a la letra dice: "Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe". Es decir ¿si no tengo amor estoy vacío? ¡Claro! Me respondí nuevamente, por eso es que todo me parece mal.

La lectura me interesó aún más, pero cuando llegue al versículo cuatro de 1ª de Corintios y seguí hasta el ocho, algo en mi corazón hizo que mis mejillas se humedecieran con esas gotas de líquido salado que segregan los ojos, llamadas lágrimas.

"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser", dice el texto.

Por no conocer esta maravillosa definición del amor, por esa simple y sencilla razón es que muchos matrimonios fracasan. Somos egoístas y queremos hacer todo lo contrario a lo que Dios establece en su palabra. En vez de dar queremos recibir, nunca decimos la verdad, no soportamos, hacemos lo indebido, nos irritamos, somos rencorosos e injustos, en fin, para qué le digo más.

Leo el periódico el día dedicado al amor y la amistad y con infinita tristeza los encabezados dicen, "Aumentan los divorcios" "Aumenta la unión libre" ¿Usted cree que eso es bueno para nuestra sociedad? ¿Por qué hay tantos divorcios? ¿Por qué hay tantas parejas que viven en unión libre si de entrada el título es contradictorio? No puede ser libre algo que está unido, ni puede estar unido lo que es libre.

No se ha preguntado usted ¿por qué no se casan aquellos que viven juntos sin un papel de por medio? La respuesta es fácil de identificar, porque tanto el hombre como la mujer han perdido la esencia del verdadero amor y se han hecho irresponsables en el matrimonio. Lo malo es que no se dan cuenta que heredan desgracia a sus hijos.

Es decir, una persona que no es capaz ni de casarse por lo civil, ya no digamos que haga su pacto ante Dios, es porque no quiere compromiso ni responsabilidad. En cualquier momento rompe su relación y deja hijos tirados, sin identidad, que en el futuro serán potenciales delincuentes, drogadictos, homosexuales o lesbianas, y todavía reclaman por qué las autoridades no hacen nada por disminuir ese problema.

Los hijos viven sin identidad porque el pilar de la familia, el cimiento de la familia que es el padre, ya no se encuentra con ellos; entonces adoptan la identidad del primero que se le presenta. Por eso hay que recuperar el valor, tener los suficientes pantalones para casarse, ser fiel a una sola mujer y a un solo hombre y cumplir con las responsabilidades de la casa para tener hijos ejemplares.

Desafortunadamente cuando no se conoce el amor y no se tiene a Jesús en su corazón, esto no puede lograrse. Primero hay que arrepentirse del pecado, pedir perdón a Dios (la biblia dice que Él es fiel y justo para perdonarnos) y luego asumir, el hombre y la mujer, el rol que le corresponde en la familia.

En resumidas cuentas ¿Por qué le digo esto? Porque después de haber sido golpeado por la vida, a punto de perecer por ignorar el amor de Dios y permanecer divorciado durante ocho años, un día hice lo que antes le comenté, me arrepentí, y Dios restauró mi vida, la de mi esposa Tila, la de mis hijos Roberto Carlos, Daniel e Iván, mi matrimonio y mi familia. Hoy no tengo una casa, tengo un verdadero hogar en el que todos nos amamos de verdad, alejados del alcohol, la droga, el adulterio, la fornicación, el odio, el rencor y la amargura, entre otras cosas.

Pero sabe también desde dónde empieza el problema, desde el noviazgo. Las parejas buscan lugares solitarios para dar rienda suelta a la lujuria y la lascivia. No hacen lo correcto. Desde ahí la mujer se devalúa y el hombre demuestra que es un patán. Debieran respetarse, visitarse en su casa y guardarse hasta que se casen, como se hacía en los tiempos antiguos. Esa es una demostración de amor, lo demás simplemente es sexo, no se confunda.

SASSON

El primer amor nunca debe perderse en el matrimonio. Es triste saber que existen hombres que masacran a piña a sus esposas y éstas tienen que aguantar porque no quieren hijos sin padres. Mujeres que tienen que robar o prostituirse porque sus maridos no les dan para la comida. ¿Pero qué tal cuando eran novios? Entonces les hablaban por teléfono, se acababan el crédito del celular o engrosaban las cuentas del recibo telefónico de la casa, la iban a ver aunque fuera caminando si no tenían dinero, le decían palabras bonitas, trataban de halagarlas, venía el 14 de febrero y algo tenían qué regalarles, no podían pasar desapercibido el día de su cumpleaños, las acompañaban a la escuela y les cargaban sus mochilas, le invitaban un refresco o un helado, la llevaban al cine, no le veían defecto alguno, no importaba si era gorda o flaca, bonita o fea, alta o chaparra, blanca o morena, con dentadura o chimuela... Siempre hay que recodar el primer amor.

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