lunes, 14 de febrero de 2011

PIQUETE: Martha Osorio Broca / Columna / Feb 14

(Publicado en el Diario de la Tarde)

*Queja contra de Telcel
*Las calles de Villahermosa

¿Quién defiende al usuario o adquiriente de un servicio? Nos pregunta un lector por correo electrónico. La respuesta que le dimos es la simple y conocida por todos: ¡la profeco!

Equivocados están todos los que como usted piensen eso, me respondió. Para ilustrarme y sacarme de mi error me narro su experiencia con la compañía Telcel.

“Solicite un plan de servicio, quedó el joven que me atendió de avisarme si después de la investigación se me aprobaba lo solicitado, a los 5 días me aviso que ya podía pasar hacer el contrato porque estaba autorizada mi solicitud, a lo que respondí que asistiría al día siguiente pues me encontraba en ese momento laborando. ¡Ah! Sorpresa, en ese momento me dejaron sin línea en mi viejo celular. Cuando al día siguiente que fui a ver lo del nuevo plan y les pregunte porque no tenía línea, muy frescamente me dijeron que porque ya tenían registrado el nuevo aparato con mi numero y por eso desactivaron mi numero.

¡Cómo! ¿Si no he firmado ningún contrato? “Es que ya se lo aprobamos y nada más firme y se lleva su equipo nuevo” me dijo el joven que me atendía. Me moleste y les dije que ya no quería el servicio, pues ese contrato más parecía de adhesión y no bilateral como debe ser. Otra al tratar de leer las clausulas del dichoso contrato me resulto imposible, le pedí al empleado que las leyera por favor y tampoco pudo por que las letras son demasiado pequeñitas. ¿Cómo quiere que firme algo que no sé ni qué dice? Le dije.

A lo que me contesto: “para que se le devuelva su número debe adquirir un “Chip” nuevo cuyo costo es de $116 pesos y se lo reactivaremos en dos o tres días”.

Por ese motivo me fui a la Profeco a poner mi queja y ¿Qué cree? Debo perder un día de trabajo y hacer cola desde la siete de la mañana para que me den una ficha y me atiendan y haber si procede mi queja. Bueno le mando eso para que vea como nos va a los ciudadanos comunes que si pagamos impuestos. Ya le contaré luego como me va con la Profeco. Saludos”.

De lo narrado por el amable lector nos surgen algunas interrogantes: ¿es correcto que las letras que forman el texto del clausulado de un contrato sean ilegibles?, ¿deben firmarse los contratos sin leer? ¿Telcel, ésta autorizada a quitar o suprimir el uso de un número telefónico sin el consentimiento del usuario? ¿Por qué no hace Telcel lo mismo con los que extorsionan por celular? ¿Existe alguna autoridad que vigile y sanciones a esta empresa cuando comete abusos como este? ¡Ahí queda eso!; diría Don Trino Malpica.

PIQUETITO.- Las lluvias y el pésimo material con que están hechas o remendadas las calles de Villahermosa, hacen imposible transitar por ellas hasta a pie.

Comentarios al correo: osoriobroca@yahoo.com.mx

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