martes, 15 de marzo de 2011

Cayuco: Enrique Muñoz González / Columna / Mar 15

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

EL ESPEJO JAPONÉS

“Los errores son experiencias
y las experiencias sirven para
sobrevivir”.
Anónimo

El mundo se cimbró con la noticia del tsunami en las costas de Japón, un país de primer mundo que soportó estoicamente uno de los mayores temblores de toda su historia;con la tecnología se había preparado para ello, de lo contrario, la devastación humana y los daños a su infraestructura hubieran sido mucho peores.

Las plantas nucleares sufrieron graves daños. Esa tecnología que deja millones de dólares, hoy le va a cobrar a Japón miles de vidas. La contaminación radioactiva es y será terrible, pero loque quiero dejar como espejo no es la desgracia, ni pretendo que nos comparemos con un país como el de los nipones.

El Gobierno Japonés sabía que tarde o temprano sería alcanzado por un terremoto, y se dedicaron a construir edificios capaces de soportar esa vibración de la tierra, y los problemas fueron muy pocos. De igual manera, las casas tienen la tecnología para soportar los temblores y las réplicas intensas.

Incluso los japoneses esperaban al tsunami, por ello la isla estaba cubierta con una protección, una gigantesca y extensa placa de cemento que los protegería de las inmensas olas para que no causaran tanto daño, sin embargo, las enormes olas fueron de mayor altura. Un tsunami feroz fue lo que dio pie a la tragedia.

En Méjico sabemos y hablamos del cambio climático, pero no hacemos nada; la información sobre qué hacer nos la llevamos en puros foros, y trayendo ecologistas que nos dicen cómo nos va a ir y que todos tenemos la culpa, y así nos la llevamos, hasta existen libros que hablan del tema.

Tabasco y sus inundacionesson el más claro ejemplo de que a las autoridades federales les vale gorro que un Estado pueda perder sus pertenencias, pues total, somos el Estado con mayor daño en inundaciones, en su mayoría por las presas, y creen que como no hay muertos, entonces no hay tragedia.

Ya estamos a 15 días de terminar el primer trimestre del año, y no han dado comienzo las obras de laCONAGUA.Existe una denuncia realizada por el propio gobernador Andrés Granier, quien sigue luchando como en un desierto, sin que las autoridades federales hagan caso del peligro que representa para miles de tabasqueños que obras como el Macayo no se terminen yque además, no funcionen.

Dependemos de una barda a orillas del malecón, que no sabemos si va aguantar; las aguas van a venir tarde que temprano, y esa es la preocupación, sobre todo que seguirán produciendo energía, y con el pretexto de que las presas están llenas, de nueva cuenta nos volverán a inundar.

¿Cuántos muertos necesita el Presidente Felipe Calderón para ordenar la inversión de las obras? Sólo basta revisar la información. Cuando se dieron las inundaciones en el Distrito Federal, de inmediato bajaron miles de millones de pesos en una maniobra política de los ‘Chuchos’ para que su candidato, Marcelo Ebrard, pudiera ser competitivo en contra de Andrés Manuel.

Tabasco tiene que verse en el espejo de los japoneses: se tiene que cambiar las reglas de las autorizaciones para edificar viviendas y parar el relleno de los pocos vasos reguladores que le quedan a la ciudad. Ya no es posible continuar dando permisos en lugares inundables.

Si no aprendemos de lo que está pasando en el mundo, al rato esa cultura del agua que poseen los tabasqueños va a ser insuficiente. Esa experiencia de protección civil no va a servir de nada si no se presiona con inteligencia y mediante la ley para obligar de alguna manera al Gobierno federal, y exigirle que se terminen las obras hidráulicas de la entidad.

La responsabilidad debe ser de los políticos. Ese debe ser el tema de quienes pretenden un cargo de elección popular. La exigencia de la gente debe ser que muestren el proyecto que traen para evitar las inundaciones, o cuando menos, que digan cómo le van a hacer en caso de llegar a las diputaciones, senadurías, alcaldías y a la gubernatura.

LA PIRAGUA


Cuando hay días soleados como el fin de semana se nos olvidan las cosas, la vida continúa. Ya hasta estamos haciendo planes para ir a la playa en Semana Santa o para disfrutar de la feria, que está en preparativos, lo cual es válido; sin embargo, no podemos dejar pasar de lado que aún no tenemos obras de protección.

Entendemos que el negocio está en no terminar las obras, para que la costalera siga dejando buenos dividendos, pero ojalá y no llegue el día en que ni siquiera los costales sirvan para proteger la vida humana de los tabasqueños, pues una cosa es el cambio climático, y otra es que la CONAGUA, por negligencia y corrupción, no termine las obras que están presupuestadas y autorizadas para salvaguardar la integridad del pueblo de Tabasco.

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