sábado, 19 de marzo de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Mar 19

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Miles, dijo Cajita...

Hará unos quince años conocí en Tenosique a Jesús Ramos Rodríguez. Usted de inmediato me preguntará, ¿y quién es ese diablo? Tiene usted razón. Se lo describo. En esa tierra de los Ríos se le conoce coloquialmente como Chuchín Ramos. A sus amigos nos gusta ese desmadroso estilo para comentar la política. A sus enemigos –por el contrario- no les hace mucha gracia.

Su trabajo diario en la radiodifusora "Oye!", del Grupo Cantón donde él y éste su servidor trabajan, es espléndida. Hay en su programa una dinámica muy creativa y original. Lo conocí hará unos quince –quizá más- en la casa del Chenny Zubieta. Ese día, o mejor dicho, esa noche (porque se nos juntó el día con la oscuridad) bebimos a costillas del Chenny interminables cantidades de alcohol. Se brindó por todas las mujeres que recordamos. Les dedicamos nuestros más atrevidos versos y confieso que ha sido una de las pederas más significativas de mi vida.

En los últimos años, a mi paso por Emiliano Zapata, procuro toparme con muchos amigos, entre ellos Raúl Abreu, cronista de la ciudad; Miguel Angel Jiménez Landero, hoy presidente municipal; "El Brodie" Ramón Rodríguez Laines y –lógico- el Chuchín Ramos. Es un agasajo cada conversación con tan distinguido hombre de micrófono. Lo que pocos saben de Chuchín es que sus primeros treinta años de vida los dedicó, primero, a conseguir un título universitario. O mejor dicho, un título en el Instituto Tecnológico de Mérida. El brodie tiene título de ingeniero bioquímico especializado en alimentos, pero además, ¡escribió un libro! Dicen por ahí que en la vida hay que sembrar un árbol, procrear un hijo y escribir un libro.

Chuchín ya podría palmar (Dios te salve, "Brodie") e irse sin ningún cargo de conciencia. Todo esto lo ha llevado a cabo sin hacer mucho ruido. El libro que le digo, "Tradiciones y Costumbres de los Ríos. Dichos, dicharachos. Historia anecdótica del norte de Chiapas y Campeche", es un verdadero homenaje al desmadre. Lea algo de él: --"No te metas, dijo Pío"… --"Qué bueno que me lo dijiste, si no te digo una pendejada, dijo Emiliano Abreu"… --"Está refeo el presidente, dijo una… --"¿Qué te preocupa, dijo una paliceña, si no lo quieres pa' querido"… --Ay don Leandro (Sánchez) usted siempre tan afinadito", dijo la tía Bocha… --"La Libertad (Chiapas), pueblo en vías de desarrollo, dijo Cajita"… Y así se la pasa el Chuchín filosofando y metiendo el diablo entre las cándidas almas de sus paisanos del norte de Chiapas, de los pueblos ribereños de Campeche y Tabasco.

Cuestión de encontrarle la cuadratura al círculo. El "Chuchín" Ramos disfruta la vida porque ésta se hizo para gozarla y no para andarla pendejeando. Así podría decirlo el trinche "Doblefilo"…

¿EL MEJOR CAFE DEL MUNDO?

En Emiliano Zapata no sólo se puede charlar con el Chuchín Ramos. También puede usted deleitarse en un lugar al que asisto regularmente –cada vez que ando por esos andurriales- llamado "Las Italianas". Lo atienden dos hermosas damas oriundas de la ciudad de Milán, Rosangela Galli y Simona Ceriotti.

Hacía muchos meses que no degustaba sus manjares. Trato de encontrar –dentro de mi desgastado cerebro- algo que haya conmovido mi vida y que pueda ser digno y recordado. Quizá un brandy "Jaime I" que descubrí a través del médico Fernando Mayans Canabal; un extraordinario café exprés en una placita de la ciudad alemana de Regensburg; un mole extraordinario que me sirvió hacia 1974 la humilde esposa de don Margarito Siles en Almoloya del Río, estado de México; una copa de Vega Sicilia en el asador de Cándido, mesonero Mayor de Castilla o una birria hecha por las sensibles manos de doña Margarita Lizárraga en ciudad de México. Son tan pocas las cosas recordables.

Sin embargo, el miércoles 16 de marzo pasado, en mi regreso al feudo de "Las Italianas", mi paladar volvió a conmoverse. Doña Rosangela, con esa clase triple A con que se comportan los extranjeros ya avecindados con nosotros, me sirvió el "cortado exprés" más extraordinario que haya disfrutado en toda mi existencia.

Rebasó mi experiencia de Regensburg. Por ello agradezco a tan diligentes damas de la vieja Etruria, el haberme proporcionado un verdadero instante de placer gastronómico. Aquí tengo que hacer un pequeño alto para saludar a otra dama, doña Elvira Aguilar, quien atenta a la amistad que tiene conmigo, me trajo de uno de sus más recientes viajes al Brasil, una dotación de uno de los mejores cafés del mundo. Gracias Elvira, que cargaste a través de miles de kilómetros un pequeño detalle para que este trasegador de placeres siga disfrutando la vida con mucha clase. Te envío un beso…

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