lunes, 21 de marzo de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Mar 21

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Precandidatos de oposición (II)

El pasado viernes 18 de marzo, Día de la Expropiación Petrolera, comenté para usted lector, lectora, de los precandidatos de oposición (al PRI, naturalmente) en Tabasco. Acostumbrados todos en este estado a comentar (la gran mayoría de periodistas), lo que pasa y lo que no en el PRI, partido en el poder, desdeñábamos –por inercia- lo que hombres públicos de otros partidos hacen actualmente. Hablaba este columnista –por ejemplode las fortalezas y debilidades de Arturo Núñez, hoy competidor por el PRD. Decíale que éste, quizá el hombre más preparado para gobernar en caso fuera elegido, primero, por la infantería de su partido y luego, si los del PRI no lo atajaran. Comentaba también su servidor que –independientemente de la gran sabiduría de Arturo- tendría un arma en contra: no le gusta sumar. Su mensaje agresivo propone sumar adeptos pero la naturaleza misma de éste los aleja. En Tabasco somos de "mírame y no me toques". Si Arturo, en lugar de lanzar cacayacas a ritmo de ametralladora, propusiera algo diferente al fracasado modelo que usan los priístas –como lo hace AMLO en su Proyecto Alternativo de Nación- nadie podría atajarlo. Allá él. No hablé ni de la senadora Rosalinda ni del diputado federal, Adán Augusto López Hernández. Pero sé las armas que portan. Cualquiera de los dos podrían ser muy brillantes candidatos, pero no todo depende también de ellos. En nuestro estado, o mejor dicho, en su partido, sigue mandando López Obrador. La pregunta sería: ¿tendría el Peje la fortaleza suficiente para buscar la candidatura a la presidencia nuevamente y –además- decidir acá? En el caso de los panistas, tengo que ser inconsecuente. Su dirigencia los tiene –a propósito- divididos. Nicolás Alejandro León es un agente a comisión de sus jefes en Palacio. Y aunque sobran insurgentes que quisieran írsele a la yugular, están tan desorganizados (ni credencial de panistas tienen) que no podrán hacerle nada. Por ello, sus precandidatos –Milton Lastra Valencia y Gerardo Priego Tapia- tienen que vérselas con sus propios recursos personales. Gerardo quiere, pero su propia historia personal no le ayuda. Es cierto, esboza a veces buenas ideas pero una candidatura es la guerra, no una batalla florida. Quisiera rescatar algo de su trayectoria pero no recuerdo nada que valga la pena, salvo el millón de pesos que regresó en la Cámara de diputados. En el caso de Milton Lastra, ya lo comenté anteriormente, está en la cresta de la ola porque cumple ya los primeros 14 meses de su alcaldato y ha revolucionado una máquina prácticamente de desecho –Balancán, su municipio- que desde hace unos veinte años, no se sabe si tuvo presidente municipal o era un pueblo fantasma.

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