miércoles, 23 de marzo de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Mar 23

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

La porosa frontera con Guatemala (I)

Mis numerosas estancias en Balancán y Tenosique, me permiten hablar con conocimiento de causa sobre un complejo problema en la frontera sur de México. Es que Tabasco comparte con Guatemala unos 160 kilómetros de línea fronteriza. Muchas veces aquello se convierte en tierra de nadie. ¿Por qué? Porque esos 160 kilómetros que cito son tan porosos para las policías de aquellos municipios, que no hay un verdadero control de los indocumentados que quieren conseguir el sueño americano en los Estados Unidos. ¿Entiende por qué esta frontera no es precisamente benéfica para Tabasco y los tabasqueños? Mientras nosotros pensamos "en buena onda" con los que consideramos hermanos, a ellos les valemos punto menos que madres. Por esta frontera pasan a discreción –a diario- cientos de miles de centroamericanos. Mi colaboración sin embargo es para poner el dedo sobre un problema complejo que nos atañe a todos: los derechos humanos. En Tabasco, todavía en el pasado mes de junio del 2010 sucedieron hechos bochornosos donde autoridades mexicanas (el ex delegado de ese tiempo estuvo inmiscuido), se abusó de migrantes ilegales indefensos, se persiguió a los varones como animales, se les golpeó e incluso hasta se les asesinó. Y a ellas –las mujeres y menores de edad- se les atacó en su integridad de manera salvaje. De estos crímenes tuvieron conocimiento autoridades de la Secretaría de Gobernación y concretamente del Instituto Nacional de Migración. A partir de tan lamentables sucesos surgieron nuevas autoridades en el estado, hoy encabezadas por un nuevo delegado, el abogado Luis Alberto Molina Ríos. ¿Ha cambiado el panorama con su llegada? Claro que ha cambiado. No es un gran problema resolver crímenes funestos contra los migrantes si se aplica generosamente la ley. Aunque –déjeme decirle- cualquier situación en al frontera se complica porque no todos los indocumentados que pasan por territorio tabasqueño son buenos y nobles. En esas riadas interminables de pobres que quieren conquistar el sueño americano, se cuela mucha canalla, delincuentes que roban, violan y asesinan a sus compañeros de migración. Y ya en México (en Balancán o Tenosique) un nuevo flagelo los azota (Los Zetas). Es realmente dramática la situación que viven miles de parias que llegan a Tenosique y abordan lo que ellos llaman el tren de la esperanza, aunque metros adelante escuadrones de asaltantes los esperan para lucrar con su necesidad. Por eso hoy más que nunca es importante el trabajo de regeneración que realiza Luis Alberto Molina y el Grupo Beta. Se trata de proteger con este, muchas veces en la medida prácticamente de lo imposible, a muchos ilegales a los que se les provee generosamente de lo más necesario. Esto se demuestra en el módulo de atención a niños, niñas y adolescentes que en situación de repatriación (Muchas veces viajan sin la compañía de un adulto), necesitan asistencia médica, psicológica y una cama decente antes de ser enviados a su país de origen. La idea es mejorar todo sustancialmente…

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