(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)
El denuedo obsesionado y enfermizo
Hay muchos temas en el tintero: desde la probable orden de aprehensión en contra de Javier May, la reprobación de la cuenta pública de Evaristo Hernández y la creencia de éste de que -victimizado- Núñez, Adán, Rosalinda y Oscar lo llevarán a la gubernatura, hasta el expediente de Conagua, donde desde un principio se apreciaron indicios de la operación "gato entierra en la arena sus cochinadas".
No obstante, no resistimos a la tentación de retomar hoy un interesante análisis de Juan José Rodríguez Prats, intelectual, escritor, ex diputado federal, ex senador, ex secretario de Gobierno de Tabasco, prominente militante del PAN; pero, sobre todo, protagonista del acontecer político del país desde hace cerca de medio siglo.
Lo publicó en Siempre! y otros medios. Como es habitual, nos hizo el favor de enviarnos copia, al igual que a otros amigos y contactos suyos. Se intitula "López Obrador y su liderazgo desperdiciado".
Señala que tiene razón Cuauhtémoc Cárdenas: es fácil preservar la amistad con Andrés, siempre y cuando se acate lo que él dice. Si uno discrepa o cuestiona sus opiniones y/o instrucciones, la relación concluye y uno se convierte en deshonesto, mentiroso, reaccionario, mafioso y enemigo del pueblo. El ostenta la única verdad. Así son las personas autoritarias.
Más que tener convicciones, tiene creencias; más que sustentar ideas, da órdenes; más que permitir el diálogo, impone su voluntad. Lo sorprendente es que gente con cierto nivel de estudios todavía vea en él a un auténtico demócrata. Hay alguien con quien sí es flexible y ampliamente condescendiente: consigo mismo. Ahí sí permite incongruencias y las más absurdas posiciones políticas e ideológicas.
Rodríguez Prats ofrece detalles:
1. Andrés López recorrió las zonas rurales de Tabasco, solicitando que los usuarios no pagaran el servicio de energía eléctrica. El adeudo ha rebasado los tres mil millones de pesos. Cuando la CFE decidió proceder a cortar el servicio, en un diálogo directo con su director, Rogelio Gasca Neri, hubo un acuerdo: aquél no atacaría a Ernesto Zedillo y la CFE no tomaría ninguna acción. "Imagínese, lector, lo que costó y sigue costando que Andrés López no atacara a Zedillo. Para él no hay deshonestidad ni alianza con la mafia, la causa lo justifica", advierte.
2. En agosto del 2000, sin el menor recato, pidió a Vicente Fox su intervención para que el candidato panista a la gubernatura de Tabasco declinara, lo cual posibilitaría el triunfo del PRD. ¿Por qué en ese momento Andrés López sí quiso una alianza?
3. En 1999, Rodríguez Prats formó, con Héctor Argüello y José Eduardo Beltrán, el Frente Amplio por la Democracia y en Contra de la Represión para presentar una candidatura común a la gubernatura de Tabasco. Andrés era el candidato más viable, pero existía la posibilidad de que contendiera por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Así que les ofreció ser los primeros en conocer su decisión. Faltó a su palabra.
Eso sí, después del triunfo de Fox, le solicitó a Juan José, por conducto de Octavio Romero, que el PAN no postulara candidato a gobernador en Tabasco o bien que la candidatura panista fuera meramente testimonial. "¿No fue ésta una petición de alianza?", pregunta el analista.
4. El lema de campaña al gobierno del Distrito Federal fue: Por el Bien de Todos, Primero los Pobres. Sin embargo, su obra más relevante fue el segundo piso del periférico, con un costo desconocido hasta la fecha, para beneficio de quienes tienen un mejor nivel socioeconómico. (Adalid de la transparencia, el mesías reservó la información).
"¿Por qué no optó por dotar de agua potable a Iztapalapa? En una franca distorsión de la política social, de los 4 mil 200 millones de pesos que se destinan al año para los mayores de 70 años, mil 600 millones son para gente que no tiene necesidad de esa ayuda. Por otra parte, ¿no acaso sus funcionarios incurrieron en una brutal corrupción?", inquiere Rodríguez Prats.
Añade que en una plática, cuando contendía por la presidencia nacional del PRD, le confesó estar harto de las presiones y chantajes perredistas. Le dijo textualmente: "Los perredistas son peor que los priístas".
Para concluir, Juan José Rodríguez Prats precisa el porqué relata todo esto:
El "licenciado" López constituye uno de los casos más insólitos en la historia de México al haber creado un liderazgo partiendo de cero, gracias a una sencilla estrategia: enfrentarse a la autoridad y, en un país con un endeble estado de derecho, violar la ley y hacerse la víctima.
"Reúne -remata- las características del líder populista y hace uso de la virtud que señala Maquiavelo: el denuedo obsesionado y enfermizo. Lástima que ese empeño y ese liderazgo sean utilizados para crear división, para alentar resentimientos y para enturbiar y ofuscar la conciencia ciudadana. México sigue derrochando sus escasos recursos; en este caso, el liderazgo político".
Hasta ahí, el análisis de Juanito. Acotaremos que hicimos relación con el entonces coordinador regional del Instituto Nacional Indigenista en 1978, a sugerencia consecutiva e insistente de tres o cuatro amigos: Salvador Neme Castillo, Alberto Pérez Mendoza, Rodolfo González Maza y alguien más.
Cuando renunció a la presidencia estatal del PRI y se refugió en el Instituto Nacional del Consumidor, en el DF, con alguna frecuencia platicábamos. Estaba muy emocionado al enterarse de que Salvador fue nominado candidato a la gubernatura. Cuando Cuauhtémoc Cárdenas me adelantó que Andrés sería abanderado aquí del Frente Democrático Nacional, le respondí: "¿Pero cómo va a ser, si idolatra a Chavo Neme?"
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