martes, 1 de marzo de 2011

Ojo Visor: Jacinto López Cruz / Columna / Mar 01

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
Jaclop62@hotmail.com

CURA EN SALUD

Independientemente del buen trabajo legislativo que se viene realizando en el Congreso local, salvo el desato de los diputadores opositores a la reforma constitucional en materia electoral, también se cometen deslices parlamentarios que la ciudadanía los ha ubicado en su justa dimensión como simples ocurrencias, porque no merece otro calificativo, ya que pareciera que solamente se realiza para salir del paso y para justificar el salario que devengan en el Congreso.

Uno de estos representantes populares “balines” que por azahares del destino llegó a la 60 legislatura representado al Partido del Trabajo, sin entender siquiera lo que es una Cámara de Diputados, es Andrés Ceballos, quien sin mayor vergüenza ha presentado varias iniciativas de ley que solamente ha servido para que se burlen de él, por la falta de seriedad con que se conduce, aunque seguramente se siente orgulloso de su “trabajo legislativo”.

La penúltima aberración que presentó este diputado de marras, fue la iniciativa para que las sexoservidoras y los sexoservidores sean gravados por la Secretaría de Hacienda para que paguen impuestos por prestar sus servicios carnales, como cualquier otro oficio, y puedan extender su factura, lo que inmediatamente obtuvo un rechazo brutal no solamente por la misma sociedad, sino por los grupos que integran las y los sexoservidoras (es) quien acudieron al Congreso para reclamarle su mal proceder e invitarlo para que sea parte de ellos.

Desde luego que esta “caballada” hasta de uniformar a quienes se dedican al oficio más antiguo del mundo, solo podría caber en el cerebro diminuto del legislador Andrés Ceballos, quien debería estar agradecido con los tabasqueños ya que siendo oriundo de otro estado, y llegado al nuestro por circunstancias propias del Partido del Trabajo, ahora sea legislador en el Congreso local, cuando ni en sueños en su estado natal hubiera podido ser cuanto menos regidor o delegado municipal.

En realidad Andrés Ceballos no sabe ni donde está parado, no tiene ni la más mínima idea de cuál es el trabajo parlamentario que debe realizar un legislador, ni siquiera realiza trabajo de gestoría social a como los hacen los otros legisladores y es que siendo un paria legislativo en nuestro estado, un ser errante que por circunstancias de la vida llegó a la Cámara de Diputados, no tiene compromiso con la población de ninguno de los distritos electorales, quizás por esa razón en aras de legitimarse, es que hace lo que hace, aunque no se da cuenta que solamente hace el ridículo, que solamente ha servido para la burla hasta de sus mismos compañeros de legislatura, porque sus propuestas carecen de todo sentido social, porque no contribuyen al desarrollo económico y social del estado.

Hay iniciativas de ley más importantes donde el diputado Andrés Ceballos debería de participar activamente porque esas sí serían de gran utilidad para la colectividad, pero donde prefiere no meterse porque también desconoce su contenido o quizás para que el agua no le llegue al cuello. Lo cierto, es que en la actual legislatura el diputado del PT solamente ha servido para la burla de todos, aunque eso se le resbala ante su jugosa dieta que lo debe de aprovechar y no mal invertirlo, cuando menos para comprar esa isla que pertenece a su estado y que promueve entre los diputados locales como una panacea turística, porque nunca en su vida pensó ganar tanto, porque tampoco estaba entre sus planes ser diputado hasta que se presentó la circunstancias política de su vida, pues se sacó la lotería (la diputación), sin comprar boleto.

Otro de los deslices que a juicio del Ojo Visor, que en todo está, se presentó en el Congreso la semana pasada, es lo referente a la iniciativa con proyecto de decreto para despenalizar el delito de adulterio presentado por las legisladoras integrantes de la Comisión de Equidad y Género, Aurora Piñera Fernández, Lucila Domínguez Sánchez y Elda María Llergo Asmitia, y la que meses atrás presento la legisladora del PRD, Lorena Méndez Dennis.

A muchos ciudadanos tabasqueños les parece suspicaz este dictamen, es más pareciera que en un hecho de la vida real, las legisladores priistas, Lucila Domínguez, Elda María Llergo y la perredista, Lorena Méndez, se están curando en salud por eso quieren despenalizar el adulterio, y no incluimos a doña Yoya, porque sus mejores tiempos ya pasaron, pero es un consenso que va creciendo entre la misma ciudadanía, por más que quieran decir, interpretar o convencer de que si en la mayoría de los estados ya se derogó el adulterio como delito penal, Tabasco no debe quedarse a la zaga, pero la verdad en que los tabasqueños nos cocemos aparte, y en el fondo habría que ver si el constituyente cuando contempló esa figura jurídica en la ley penal, lo hizo con el simple afán de lucirse o para dirimir un conflicto de intereses entre la pareja cuando uno de los dos comete el delito de adulterio y al otro le va creciendo la frente como un alce hasta que finalmente se entera a lo último que es lo que está pasando y pretende hacerse justicia por sus manos.

A fuerzas de no resultar prejuiciosos, mucho menos meternos en las vidas privadas que cuando se está en el ejercicio de la actividad pública, prácticamente es pública, quizás ninguna de las diputadas de la Comisión de Equidad y Género del Congreso local, debieron de presentar ésta iniciativa de ley que debe ser analizada con lupa por las posibles consecuencias que en lo futuro traerá, porque en el argot popular ya se comenta, se dice que esa iniciativa lleva dedicatoria personal, tomando en consideración que si se hurga entre los archivos se encontrará cual es el actual estado civil de cada una de ellas (las diputadas), ¿a quién beneficia o perjudica que esa figura jurídica sigue vigente en las leyes penales del estado?, ¿acaso no hay cosas más importantes o trascendentes para la vida de este estado como para que ahora las legisladoras desaten todos los demonios?. Todavía se escucha en los muros de la sala de plenos del Congreso la denuncia lapidaria en contra de Lorena Méndez Dennis, por parte de su otra compañera de su misma bancada, dando las razones por las cuales ella ahora es diputada, ¿será que por esa razón ahora es promotora de que se despenalice el adulterio como figura penal?, ¿será que en realidad es ineficiente el delito penal de adulterio?.

Si bien es cierto que el delito de adulterio es el incumplimiento de un pacto civil legal, de un contrato social, que tiene que ser ventilado en los tribunales civiles y penales, el Estado como tal, jamás debe renunciar a su obligación de velar por la tranquilidad de los hogares tabasqueños, porque aunque ahora se diga que el adulterio ya está en desuso, que es obsoleto, que ya no tiene sentido de ser, precisamente la figura jurídica contemplada en la ley penal, lo que busca, es inhibir esta práctica ilegal, de la que nadie debe de espantarse, porque si aun así con la ley muchos le entran por igual, solteros, solteras, viudas, viudos, divorciados o divorciadas y hasta mujeres casadas, les gusta, les encanta ser adúlteros, entonces una vez derogado seriamos más peor que Sodoma o Gomorra juntos y en los subsecuentes meses estaremos viendo como se dispara el índice de suicidios o muertes pasionales, porque el responsable de aplicar un correctivo, aunque sea con cárcel está renunciando a su tutela y en cambio dejaría en manos del agraviado (a), el sancheado (a), o cornudo (a), la aplicación de la justicia y eso es grave, sobre todo porque los tabasqueños somos temperamentales y apasionados.

Aunque en sus argumentos las legisladoras priistas sostengan que la despenalización del adulterio no debe entenderse o verse como la libertad plena para que los cónyuges se engañen unos a otros, porque este tipo de conductas seguirá siendo sancionable por las leyes civiles, contemplándose como causal de divorcio y trayendo como consecuencia la perdida de la patria potestad, en los hechos no basta con eso, porque así como hay personas que toman con serenidad o tranquilidad el hecho de descubrir a su pareja en adulterio y hasta le dan gracias al creador porque así se desharán del problema, hay personas que hasta se atreven a asesinar si en el momento preciso de que comprueba el engaño no interviene alguna autoridad para poner a recaudo a los infieles y con ello apaciguar los ánimos.

Como ya se tiene visto que la derogación del artículo 222 y capítulo IV, del título cuarto, libro segundo, sección segunda del Código Penal para el Estado de Tabasco, y la fracción XI del artículo 115 del Código de Procedimientos Penales del Estado, será una realidad, las legisladoras priistas y la perredistas deberán asumir el costo de ésta decisión, que políticamente les afectará, porque si tomamos como punto de referencia que ellas son representantes populares, cuando menos debieron realizar una consulta pública, entre mujeres, porque supuestamente sin las más afectadas con la ley penal vigente, para palpar el sentir de la población y si en efecto era viable su derogación.

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