martes, 22 de marzo de 2011

Opinión: Tere Oramas Beaurregard / Mar 22

(Publicado en el Independiente del Sureste)

El juego de la política

En el 2006 el escritor mexicano Juan Villoro exploró los mitos y ritos que han convertido a los estadios de futbol en catedrales en un libro donde refiere el extravagante entorno del futbol. En “Dios es redondo” el ensayista indaga las peculiaridades de un planeta donde la FIFA tiene más agremiados que la ONU. Villoro profundiza: “El futbol le gusta a demasiada gente para no ser aprovechado de mil formas distintas. Estamos ante la forma más exitosa de vender zapatos y camisetas. Y esto no es nada en comparación con otros negocios”, como la política.

Son muchos los futbolistas y dirigentes deportivos que han probado con descaro la política en muchos países del mundo, principalmente en aquellos donde ésta industria representa millones de pesos o euros por concepto de publicidad e imagen. Ésta forma de iniciarse en la política puede resultar peligrosa para una sociedad cada vez más crítica y exigente de profesionales en la administración pública y no de improvisados que solo saben patear un balón ó que por la fama de una playera saltan al mundo de los mítines y las urnas.

Quiero referirme a dos casos particulares. Joan Laporta es un singular personaje en España; abogado de profesión, es diputado en el Parlamento de Cataluña y fue durante 8 años y hasta el 2010 Presidente del Futbol Club Barcelona, la tercer organización deportiva más poderosa del mundo con ingresos anuales arriba de los 300 millones de euros (por debajo del Manchester United y el Real Madrid que es el más rico). El Barza además es el club con mayor proyección debido a la gran cantidad de recursos que destina al marketing.

Considerado el “Kennedy Barcelonista”, Laporta con gran dominio de la oratoria y de estrategias mediáticas saboreó las delicias del poder hasta obtener un escaño por el partido Democracia Catalana; mucho se le ha criticado por su excesivo protagonismo y por usar al club como instrumento de campaña desde su primer temporada como dirigente en el 2003, sin embargo, su ambición y autoritarismo provocó la división entre el cuerpo directivo logrando la dimisión de más de cinco de ellos, peor aún, incluyó en la administración a su entonces cuñado Alejandro Echevarría, reconocido promotor del franquismo.

Su prestigio social empeoró cuando en el aeropuerto de El Prat en Barcelona se bajó los pantalones hasta quedar en calzoncillos porque el detector de metal no paraba de pitar e increpó al personal, esto le valió el desprestigio público total. Poco le importó: el año pasado y tras haber explotado su imagen y de aparecer en todos los medios de comunicación con recursos del FCB fundó el PDC y en el bloque Solidaridad Catalana por la Independencia, con otros cuatro partidos, encabezó la lista de diputados obteniendo cuatro espacios. Lo único que “agradece” la afición azulgrana al nuevo político fueron las contrataciones de futbolistas mundialistas como Ronaldinho, Quaresma, y el mexicano Rafael Márquez –lo de Beckham fue estrategia de campaña para lograr la Presidencia del Club-, entre otros.

Ésta intención de los partidos o grupos políticos de llegar a sus electores a través de personajes populares no ha dado muchos frutos en México. El segundo màximo goleador en la historia del futbol mexicano, Carlos Hermosillo fue asesor en materia deportiva en el 2006 del entonces candidato presidencial Felipe Calderón Hinojosa haciéndolo más tarde titular de la Comisión Nacional del Deporte. En medio de fuertes críticas por los malos resultados de México en las últimas Olimpiadas -una de sus principales detractoras fue la atleta Ana Gabriela Guevera, candidata perdedora también en la Miguel Hidaldo en el DF-, renuncia a la CONADE en el 2009 para buscar una diputaciòn federal por el distrito de Córdoba en Veracruz, el resultado: perdió el PAN luego de haber gastado millones de pesos en una campaña gris y cuyo eje temático fue el deporte.

Y es que no tuvo efecto positivo en su campaña la imagen bastante publicitada de un titular del deporte enfrentado con el gremio y con presupuestos históricos en las arcas de la administración deportiva sin resultados positivos. "La gente no solo quiere que le regalen balones y camisetas en campaña, quiere que se resuelvan los problemas de fondo". Sin embargo, su premio por la derrota fue un espacio en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional.

Y esto no solo ocurre en la política, también los medios de comunicación -principalmente en la TV- en este afán de obtener el mayor raiting en sus programas deportivos, contratan como comentaristas a exfutbolistas ó exdiriectivos de renombre cuya único mérito es haber pateado bien el balón ó haber vendido millones de pesos en taquilla y publicidad. Entonces, ¿hacia dónde se dirigen la política y los medios de comunicación dando espacios a analfabetas en los ámbitos respectivos? Y los profesionales o con oficio, ¿dónde quedan?

* Alumna del Postgrado en Comunicación Política e Institucional del Instituto de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, España.

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