domingo, 13 de marzo de 2011

Opinión / Víctor Manuel Barceló R. / Mar 13

Columns en Tabasco

Guatemala: Un impulso hacia la racionalidad política.

Los trabajos para la Reforma del Estado, pueden iniciarse en cualesquiera de los órganos del poder de una nación. El ejemplo multirepetido del “Pacto de la Moncloa” en España es seguramente, el más acabado de los tiempos recientes. Es considerado columna insoslayable en el camino del Estado de Derecho. Dos documentos históricos, signados por los principales partidos políticos, sindicatos y otros actores sociales, les compromete -octubre de 1977- a seguir un programa político y económico, con medidas tendientes a estabilizar la administración de un país, emboscado en la pobreza y el fantasma de la dictadura militar, culminada con la muerte de Franco.

Clave del Pacto fue la predisposición al consenso entre los más moderados de centro derecha, al que pertenecía el designado presidente Adolfo Suárez, y los de centro izquierda, incluido el Partido Comunista Español, recién legalizado. No fue un acuerdo sencillo. Tuvieron que hacer –todos- concesiones muy tironeadas, pero los resultados están a la vista. España vivía entonces en una situación de alta gravedad, con un gobierno que había triunfado con el 35% de los votos, que “no ataba ni desataba” en la desorientación total y con el electorado manifestándose cotidianamente, paralizando las actividades económicas y afectando las sociales.

Ese gobierno de Suárez, agobiado por su incapacidad de gobernar, criticado acremente desde el exterior, tuvo la virtud de convocar a las oposiciones, para pensar, todos juntos, más allá de las condiciones de su gobierno. Se constituyen en asamblea y a su estilo de diálogo, logran acuerdos que tal vez no se pensó hasta donde llevarían al país, pero que en el trayecto, le han construido una sólida identidad a España.

En Guatemala –nuestro vecino al sur- acaba de ocurrir un evento en esa ruta, que merece acotaciones al margen y cuidadoso seguimiento, por lo que implicará en el avance democrático de la nación hermana, que tantos embates ha vivido desde el exterior, provocándole luchas intestinas que le desangraron. Hoy lucha decididamente por autodeterminarse.

En la emblemática ciudad de Tikal, seis partidos políticos -Unidad Nacional de la Esperanza, Partido Patriota, Frente Republicano Guatemalteco, Partido de Avanzada Nacional, Gran Alianza Nacional y Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca- se reunieron, tras seis meses de discusión y análisis de la situación nacional, bajo la coordinación del expresidente de la república de Guatemala, Vinicio Cerezo y el auspicio de la Fundación Esquipulas para la Integración Centroamericana.

Sustantivo en las discusiones fue el convencimiento de que la población de ese país está urgida de un dialogo político serio y constructivo y a ello pretenden cooperar en sus análisis y conclusiones de medio año de trabajos. Mediante este Acuerdo, los partidos políticos intensificarán su actitud y acciones mediadoras, entre sociedad civil e instituciones de la República.

Afirma que los partidos políticos deben contar con respuestas para dar satisfacción a necesidades inmediatas de la población y actuar de modo adecuado, ante la gran complejidad que viven los pueblos y el empeño por acercarles a formas de vida modernas. Para ello se les encarga articular soluciones entre ciudadanos, partidos políticos y la autoridad.

Para avanzar hacia tales rutas, en Tikal los partidos políticos asumieron la responsabilidad de convocar a los grupos sociales, para discutir y lograr los consensos necesarios, que lleven al logro de alternativas de solución a los diversos problemas que vive el pueblo guatemalteco. Un factor de vital importancia para diversos núcleos de la población es la tolerancia, como valor fundamental para avanzar en el respeto y la aceptación de la diversidad cultural, que impera en el continente americano –magnificada en el Planeta-.

La “armonía en la diferencia” para fortalecer la paz -como precisa la UNESCO- lleva a que la tolerancia proteja el derecho humano a expresar su pensamiento en sus organizaciones en sociedad y, por esa vía, concebir y defender sus convicciones, sustento de la trama democrática de una nación. Valores y comportamiento de seres humanos son producto de su idiosincrasia y decisión por ejercer el derecho a vivir en paz. Esta será tarea básica de los organismos políticos de la vida guatemalteca.

Para llegar a ello, al igual que en México, habrá de recuperarse la confianza en los partidos políticos. Así, su participación en el ejercicio democrático de la próxima campaña electoral en Guatemala, se verá fortalecida, mediante la precisión de sus particulares visiones integradoras de la nación. Superar el carácter eminentemente electorero que algunas de esas organizaciones políticas tienen, será meta de urgente alcance.

Allí se acordó trabajar en base a diez puntos, para encontrar soluciones a la problemática guatemalteca, apoyando compromisos de Estado, establecidos en los Acuerdos de Paz y sus antecedentes (Esquipulas I y II), a fin de desarrollar, en la próxima contienda electoral, un proceso ético que lleve al apoyo de las autoridades que resulten electas. Hay también, acuerdos que tienden a consensos, para impulsar –por ejemplo- una política fiscal adecuada a las condiciones de la economía y vida social. Ello, mediante activa participación del Congreso, en este empeño y otros. Queda abierto el registro al Acuerdo, para partidos que deseen hacerlo.

El Acuerdo de Tikal, sin ser exhaustivo en postulados y concepción, es un esfuerzo serio en busca de una amplia conjunción de ideas para sacar adelante a Guatemala. En la firma se contó con la presencia de personalidades relevantes de la vida política de esa nación Centroamericana, incluyendo un candidato presidencial. Queda en manos de los partidos la promoción de los postulados aprobados, para sumar ideas y que estén presentes todas las opciones políticas con que cuenta el pueblo guatemalteco. Avanzar hacia una cultura de respeto en lo electoral, que evite campañas negras es incorporar a ese país en la ruta de la racionalidad política. Sería un ejemplo para nuestros pueblos tal coherencia político-electoral. Ojala no quede en “llamarada de petate”.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Puebla, Pue. 13-marzo-2011.

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