sábado, 12 de marzo de 2011

Para Usted: Mario Gómez y González / Columna / Mar 12

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Corrupción en CFE con AEA

Pocos saben cuáles fueron las razones por las que Alfredo Elías Ayub deja la Dirección General de la Comisión Federal de Electricidad de México, pero lo que es claro, es que son altos los niveles de corrupción que alcanzó ese organismo público bajo su responsabilidad.

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El viernes 18 de febrero tras realizarse una reunión de Consejo en la sede el Museo Tecnológico de la CFE, presidida por el secretario de energía, José Antonio Meade, se dio a conocer que Elías Ayub, después de 12 años de ser el director general de la CFE, se retiraba de la empresa, despidiéndose de los trabajadores de la empresa pretextando, asuntos de enfermedad. Su puesto sería ocupado por Antonio Vivanco Casamadrid, quien fuera Coordinador de Asesores de Calderón.

Por sus responsabilidades en el equipo de Los Pinos, podemos pensar que el nuevo director de la CFE, Antonio Vivanco está involucrado en los más importantes procesos y proyectos de la CFE, como la toma de control de la zona central del país y el desarrollo de las principales obras de infraestructura, como la Terminal de Gas Natural Licuado de Manzanillo y el manejo del sistema hidráulico del Grijalva, en 2008 y 2010.

En una carta dirigida a sus colaboradores en la empresa, Elías Ayub, expresó que a partir de esa fecha Antonio Vivanco, preparado en la Universidad de Harvard, se incorporaba a la CFE como director general adjunto, cargo temporal aprobado por la Junta de Gobierno de la entidad. Elías Ayub se mantiene como director general de la CFE por unas semanas para encauzar un proceso de transición terso y ordenado que permita al recién nombrado funcionario, involucrarse con los procesos y grandes proyectos de infraestructura eléctrica que la empresa desarrolla.

Lo que queda claro, de los 12 años de la administración que encabezó Elías Ayub, bajo las instrucciones de los presidentes Zedillo, Fox y Calderón, es su proclividad por impulsar la participación de empresas privadas en la generación de energía eléctrica principalmente por los consorcios extranjeros, violando con ello la Constitución General de la República que manda en su artículo 27 constitucional al ordenarnos: “Corresponde exclusivamente a la nación, generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechara los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.”. Pero queda claro que los actuales tecnócratas adueñados de los gobiernos neoliberales respondiendo más a lineamientos e intereses extranjeros que nacionales, han creado figuras jurídicas para darle vuelta a lo que mandata nuestra carta magna.

Elías Ayub fue cómplice eficiente de Calderón, al haber mantenido el suministro, relativamente confiable de electricidad en la zona metropolitana del país después del 11 de octubre de 2009, cuando se dio a conocer el decreto presidencial de extinción de luz y fuerza del centro (LFC).

El día 5 de septiembre de 2010, se documentó en la entrega titulada Calderón y la corrupción en la CFE, cómo esta empresa estaba envuelta en presuntos casos de corrupción por funcionarios de alto nivel, que era difícil pensar que el director general y Calderón no estuvieran enterados. Como es el ejemplo claro de su estratégico Director de Operación, Néstor Félix Morales Díaz.

El alto colaborador de Calderón y Elías Ayub en la CFE, que ahora se sabe, había sido denunciado e investigado en México desde 1998 por malos manejos, salió a la luz pública cuando fue acusado por el FBI en Estados Unidos de recibir jugosos sobornos de empresas trasnacionales a cambio de facilitar contratos de la CFE.

El 16 de agosto de 2010 el señalado personaje le envió una comunicación a su jefe Elías Ayub, director de CFE, para informarle que, debido a “imputaciones” en su contra, decidía pedir licencia del cargo para “hacer las aclaraciones y atender conforme a derecho los señalamientos de que he sido objeto”. Como no hubo respuesta, fue hasta el 14 de septiembre de 2010, día en que se dieron a conocer las denuncias en su contra en una Corte de Estados Unidos, cuando decidió presentar su renuncia.

El solapado y protegido funcionario, el mismo día en que estalló el escándalo de corrupción en el interior de la paraestatal, tuvo el cinismo de solicitar en una carta dirigida a Elías Ayub, fechada el 14 de septiembre de 2010, su jubilación por sus 36 años de labores. En la carta decía: “Ahora que estoy imposibilitado para cumplir plenamente con las tareas que tengo encomendadas, como es mi convicción, por lo que, lo más justo y sano para la CFE, será la designación de otro colaborador con experiencia en esta Dirección y en consecuencia a partir de esta fecha se considere mi jubilación”. Obviamente se negó su jefe a otorgarle dicha solicitud.

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