viernes, 15 de abril de 2011

Cayuco: Enrique Muñoz González / Columna / Abr 15

(Publicado en el Diario de la Tarde)

MEDIO SIGLO DE HISTORIA FOTOGRÁFICA

“Los amigos que tienes y cuya
amistad ya has puesto a
prueba engánchalos a tu alma
con ganchos de acero”.
William Shakespeare

Voy a dedicar este espacio como un reconocimiento a mi amigo, Rigoberto Ceballos Ramírez, a quien conocí primero como amigo y después como fotógrafo, era yo apenas un mozalbete cuando jugaba en la calle Peredo, donde vivía uno de los mejores fotógrafos tabasqueños, pero un mejor ser humano.

Podría contar miles de anécdotas de Rigoberto: donde al igual que se jugaba béisbol en la calle, también celebramos muchas veces los cumpleaños, el futbol nacional o disfrutando el mundial de donde salió incluso hasta el nombre para bautizar a uno de sus herederos.

Rigoberto está cumpliendo medio siglo de ejercer la fotografía, el periodismo en gráficas, y cuando tuvo la oportunidad escribió de política, de la sociedad en su conjunto, fue un crítico duro, pero más lo ha sido con la cámara fotográfica de la cual no se separa ni un instante.

Es el Aniversario Dorado de un amigo, que nunca se ha detenido para tenderle la mano a sus compañeros, siempre activo, organizando a los vecinos, recolectando pilas para mejorar el medio ambiente o simplemente haciendo una colecta para ayudar al ciudadano ‘amolado’, si alguien requiere ayuda ahí estará siempre Rigoberto, sin pedir nada a cambio.

Dicen que quien es buen hijo es buen padre, y me consta que Rigoberto fue un buen hijo, le dio enseñanza a sus 5 vástagos, por cierto 3 de ellos dedicados a la fotografía.

El acervo fotográfico de Ceballos es impresionante, ahí está plasmada la historia de un medio siglo del Estado y gran parte de sus municipios, son miles de personajes que han estado en la lente de un fotógrafo que aparte de su profesionalismo ha tenido la virtud de tener cientos de amigos a raudales.

En una espléndida entrevista realizada por el Periodista Jorge Jesús de la Cruz para el Semanario Razones, Rigoberto Ceballos se considera un auténtico producto de la cultura del esfuerzo, y se jacta al decir que ‘su maestro es el tiempo’. Voy a tomar parte de la entrevista para señalar algunos pasajes de su vida.

Pasó de ser un fotógrafo de sociales, a un fotógrafo de política, al grado que se convirtió en el fotógrafo de cabecera de don Agapito Domínguez Canabal, recordando que es gracias al ímpetu y motivación que le brindó don Carlos Elías Dagdug Martínez que se lanzó de lleno a la fotografía política, “por él estoy en esto, allí empieza mi peregrinar”.

Es así que ha retratado a todos los Gobernadores que ha habido en Tabasco desde Manuel R. Mora pasando por Mario Trujillo hasta la fecha, lo mismo a los Presidentes de la República, cuando han acudido a la entidad a giras de trabajo, por lo que tiene una archivo inigualable que difícilmente otro fotógrafo pueda tener.

Felizmente casado con doña Lupita Rodríguez Osorio desde hace 44 años, y haber procreado 5 hijos, -ya tiene diez nietos- de los cuales tres siguieron la vocación por la fotografía, Rigoberto Ceballos agrega que está orgulloso de su familia, porque han vivido de la fotografía, “sin lujos, pero con la satisfacción de que a mis hijos les di estudios y preparación, ahora estoy aquí en el Foto Estudio, donde a veces las ventas son muy bajas, pero la vamos llevando bien”. Aunque lo que más le ha dejado la fotografía es “un mundo de amigos que en verdad hasta me espanto”.

Sus hijos son Rigoberto, Paulo y Fabiola quienes están dedicados también a la fotografía. “no sé si tuvieron al mejor maestro, pero aprendieron bien, por lo que no me han dejado mal”. Los otros dos hijos son Guillermo y Teresa, que es la mayor.

“Fui el primero que llegó cuando una pipa chocó contra la estatua de Lázaro Cárdenas a la entrada de la ciudad, incendiándose la pesada unidad y cayendo al suelo el monumento, y recuerdo que luego de que se publicó la foto, me dijo doña Celia González, esposa de don Leandro Rovirosa, que si qué andaba haciendo tan temprano por esos rumbos de la ciudad, ya que nadie más tenía el registro fotográfico de ese terrible accidente”.

Menciona otra anécdota más, “cuando hubo un trenazo en Tacotalpa, fuimos los primeros en llegar, y era algo espectacular; también me tocó vivir una experiencia diferente cuando fui a tomar fotos al maratón náutico del Usumacinta, en una lancha pequeña donde se tenía uno que agarrar de lo que pudiera, pero siempre he podido cumplir con la orden de trabajo, he sacado la chamba”.

Actualmente está iniciando a escribir su biografía que tendrá por título “Lo que ya no verás”, porque pretende incluir fotos de la Villahermosa que ya no existen.

¡Saludos amigo!, sigue fotografiando la historia.

LA PIRAGUA

Esta columna se va de descanso por la semana santa, no sé si merecido pero sí muy necesario, y regresará hasta el martes 26 de abril. Quienes salgan de vacaciones disfrútenlas con responsabilidad.

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