'Bajo el burka', la voz de las francesas
Fuente: Diario EL MUNDO.es / Amanda Figueras | Madrid / Actualizado martes 12/04/2011 16:23 horas
'Bajo el burka'. Agnès de Féo.
Velo islámico, velo integral, niqab, burka. Son todos distintos, como cada mujer, como cada interpretación del islam y las costumbres de los millones de personas que lo practican.
"Dicen que son los hombres los que encierran a sus mujeres en sus casas, pero ahora van a ser ellos los que las van a encerrar con esta ley que me parece estúpida". Quien habla es Louisa, una francesa que viste niqab y cuyo testimonio ha sido recogido en el documental 'Bajo el burka', por la socióloga Agnès de Féo.
Las cifras del problema son irrisorias si se comparan con otros sucesos más graves para los que la sociedad pide leyes, dicen los críticos. Se calcula que en Francia hay unas 2.000 mujeres que visten estas prendas, entre casi seis millones de musulmanes. "Se está creando un tema de debate donde no lo hay. Es algo artificial", dice la feminista islámica Ndeye Andujar, reconocida en 2010 como una de las 10 mujeres musulmanas más influyentes de Europa.
"¿Por qué se meten en nuestra religión? Los problemas de religión a los religiosos, los problemas de Estado, al Estado", añade Karima.
La directora de este documental que da la voz a un grupo de esas mujeres misteriosas bajos sus ropas explica a elmundo.es que, en su opinión, tras realizar el estudio, el veto al velo no es beneficioso y la situación "será peor que antes". Afirma que se puede crear una moda y que muchas empiecen a ponérselo como medida de protesta.
De hecho, de un informe reciente de la 'Open Society Institute', la red internacional de fundaciones creada por George Soros, en el que se ha entrevistado a 32 mujeres que llevan el niqab en Francia sorprenden los siguientes datos: la mayoría de ellas son nacidas en Francia, una cuarta parte son conversas, ¡y casi la mitad decidió ponérselo debido a la polémica que surgió en torno al tema en 2009!
Entre quienes defienden la prohibición se argumenta que el 'burka' es también un problema de seguridad, entonces tampoco sería legal llevar pasamontañas, cascos de motos y se debería haber hecho una ley de "prohibición de las prendas que impidan la identificación de las personas". Según Andujar, de ese modo todo quedaría englobado "sin necesidad de estigmatizar un colectivo".
En cuando a que representa una prenda que oprime a la mujer, las opiniones también son divergentes y es complicado establecer el límite de hasta dónde se puede regular sin perjuicio de socavar los derechos individuales. Eso sí, la mayoría de los musulmanes occidentales cree que el niqab y el burka no son obligatorios en el islam. "La laicidad significa el respeto por todas las creencias, religiones, en el espacio público. Y sobre todo la separación del Estado y la religión", añade la musulmana catalana.
"¿Obligamos a la gente a que se desnude, a quitarse los pantalones y la camiseta? No. Pues para mí esto es mi ropa. No me pidan que me desnude así, sin razones realmente válidas", se queja Louisa.
¿Es realmente eficaz la prohibición? Los críticos afirman que no hay pedagogía alguna en ella, y los más feministas platean de paso abrir el debate sobre otras prendas que creen que oprimen a la mujer bajo el imperativo de ser bellas, delgadas y jóvenes, a saber, escotes, minifaldas, tacones, etc.
La ley francesa que acaba de entrar en vigor contempla multas de 150 euros o clases de ciudadanía para quienes usen el velo integral en espacios públicos, así como castigos más duros -penas de dos años de cárcel y multas de 60.000 euros- para quienes obliguen a las mujeres a portar este tipo de vestimenta. En caso de las mujeres reincidentes, podrían ser condenadas a un año de cárcel y a una multa de hasta 30.000 euros.
La directora Agnès de Féo asegura que la visión paternalista de Occidente sobre las musulmanas se remonta a la época colonial, dice que las mujeres de origen inmigrante no son vistas como ciudadanos de pleno derecho sino como indígenas. "Se les niega el libre albedrío. Se reducen a meros objetos de manipulación. Hagan lo que hagan, nunca es su propia voluntad".
"No nos pueden prohibir ser lo que queremos ser. Eso es imposible", sentencia Karima.
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