lunes, 11 de abril de 2011

Opinión / Víctor Manuel Barceló R. / Abr 11

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy

¿Puede provenir desarrollo desde lo local?

Las condiciones contrastantes entre los dos Méxicos –como se dio en llamar a los resultados económico-sociales que concentran en muy pocos el producto interno -en el primer mundo- frente a una gran base social, cada vez más depauperada y la cercanía de un nuevo proceso electoral federal, que llevará al cambio de los poderes legislativo y ejecutivo, abren un paréntesis al día-día salvaje, con sus circunstancias de violencia, discusiones bizantinas por el poder y conflictos graves por y contra la naturaleza.

En ese espacio, algunos intelectuales y la academia, reviven análisis e interpretaciones de la realidad, con afanes de propuesta para el presente y el inmediato futuro. Es el caso del agrupamiento de universitarios, que en varios cientos y desde cubículos y cátedras, por todo el territorio, revitalizan tesis, que fueron motivo de nuestra admiración por maestros, que cubrieron con sus conocimientos e investigaciones, la 2a mitad del siglo XX.

Llaman al recuerdo las acciones del “Consejo Nacional de Universitarios” que comanda José Luis Calva, con la intensión de profundizar análisis y prospectiva de los temas esenciales de la agenda nacional. El énfasis se está dando en asuntos claramente concatenados, que afectan a todos los mexicanos. El afán es llegar a propuestas de medidas de corte económico y social, que rescaten al país de la postración que vive y le lancen por nuevos caminos, en su vida de relación económica nacional e internacional.

Castaingts relata que dicha tarea se realiza al margen de cualquier partido, quedando, cuando se terminen las conclusiones académicas, a la disposición de todos. Es, por tanto, un trabajo desde la sociedad, tratando de cumplir con el compromiso de los profesionales de la economía para con la nación.

Un primer tema que saca a luz el investigador –al que intento “echar mi cuarto a espadas”- es el de las cuestiones regionales. Grave en sí por lo que una simple vista de estadísticas nos muestra: incremento continuo de la pobreza que atrofia la consecución de fuerza de trabajo adecuada; analfabetismo funcional que detiene el desarrollo humano e impide el crecimiento conveniente de la educación, hasta la superior; abandono de actividades económicas, en especial agropecuarias y de diversos campos de transformación productiva, en base al retraso en la innovación, producto del manejo arcaico de políticas para la ciencia y la tecnología. En suma, la caída en picada de la economía regional, que sin estrategias de rescate, prohíja el éxodo de los mejores y más audaces, al mercado estadounidense.

Los estudiosos afirman que existen regiones especializadas en producciones específicas (ramas-región) que al no contar con elementos clave para su desarrollo –similares a lo que expresé coloquialmente en el primer párrafo- llevan a un “vaciamiento productivo” que definen (Isaac y Quintana) como “… la disminución, la atrofia, la pérdida absoluta y relativa…del patrimonio productivo y el deterioro de su rendimiento y capacidades de reproducción. Es un fenómeno distinto y más global que la desindustrialización…o deslocalización: implica no sólo la disminución de la participación industrial sino también el debilitamiento de la industria que pervive”.

Buenos ejemplos podríamos encontrar en diversas regiones del país, del cumplimiento de tales apreciaciones. Las industrias textil y alimentaria –dependientes de la agricultura, en su origen y la competencia internacional que les arrebató los mercados interno y externo- son ejemplo dolorosamente vivos, que tienen en graves problemas económicos, sociales y políticos a muchos núcleos de población, en varios estados del país.

Pero no todo está perdido. Hay nichos o núcleos, que a pesar de su polarización por el territorio, podrían tomar rutas de recuperación, mediante políticas de reindustrialización, que den fortaleza puntual a las ramas-región (se me ocurre en Puebla la industria textil) integrándolas con otras en estados connotados en la misma actividad y con factores de desarrollo aún suficientes para su consolidación. Sus productos aún compiten en tianguis plagados de “fayuca” y otras linduras.

Tal acción, fundamental en sí por la recuperación de lo existente, no debe eliminar o poner en desventaja, empeños por actuar con grupos marginales para incorporarles a la producción que por vocación alguna vez tuvieron, o a otras, que los elementos modernos de análisis nos muestren. Superar la falacia de las remesas, como multiplicadoras de bienestar, es una urgencia, ante las evidencias de los análisis estadísticos y de proyección económica que muestran (Canales) “Por 15 años, las remesas no han cambiado la situación social de los 10 estados que concentran 70% de las (mismas).”

Que bueno que las familias reciban recursos para su gasto, que grave que no se utilicen para recuperar la actividad familiar y local que, al colapsarse, provocó la salida al norte de miembros de dicho núcleo. Ahora conviene incorporar capacidad productiva en esos territorios –los de mayor marginalidad en el país-. Analizar si allí, dada la casi inexistencia de estructuras productivas, puede iniciarse la transformación –desde lo local- de la economía mexicana, con rumbo a una relación adecuada con la naturaleza.

Los pobladores de esas regiones depauperadas, no entienden la voluntad existente de solo propagar la cultura ecológica y no cambiar la realidad de los grandes devastadores del planeta (corporaciones que consumen nuestra agua, suelos, bosques, fauna). Quedarnos en separar basura, reutilizar agua o ahorrar energía, es positivo, pero lejos de la raíz del problema. Incorporar a los poseedores de los recursos en esos temas, ingresa lo social a la protección del planeta. Es el primer paso real en el cambio de patrones de consumo individual y colectivo. Es reencontrarnos con actividades productivas que cuiden, en paralelo, el derecho de pueblos y comunidades a mejorar sus condiciones de vida, cuidando y respetando sus recursos, con resultados favorables, obtenidos en lo local, pero con visión planetaria.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Puebla, Pue. 10-abril-2011.

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