lunes, 11 de abril de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Abr 11

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
* erwinmacario@hotmail.com

Escalera del poder (1)

En política supo construirse una
escalera de doble dirección: hacia
arriba y hacia abajo. Sin más peldaños
que subir, don Tomás supo también que
le había llegado su tiempo de bajar. José
Tiquet 011085 / Prólogo a Tal cual fue
Tomás Garrido Canabal.

Los tabasqueños hemos crecido con dos mitos y queremos inventar otros, aunque el laboratorio de la historia carezca de aquella materia prima que elevó a figuras como Tomás Garrido Canabal y Carlos Madrazo Becerra.

Ambos personajes se pierden, al paso de los tiempos. El imaginario colectivo olvida luces y sombras del pasado. La historia tiene que recogerlas y las instituciones preservarlas. La Revolución y la Independencia mexicanas son la más reciente prueba, pues los enemigos de ayer —hoy en el poder— quieren borrar toda vestigio histórico, toda evidencia en su contra.

Si bien no es así en Tabasco con los nombres de Garrido y Madrazo, ni sus propio descendientes, ni los herederos políticos de aquellas etapas históricas —que los hay—, han podido mantener el mito, los mitos.

En el garridismo no ha sido fácil encaramarse para hacer política electoral. El cadáver de Carlos Madrazo ha servido en parte, aunque ambos gobernantes se pierden en la memoria colectiva.

Las nuevas generaciones poco saben de Tomás Garrido y mucho menos de Carlos Madrazo. Ni los paradigmas ni los imaginarios sociales son eternos, sino que cambian constantemente. Se juzga y se actúa en torno a personajes como éstos, es cierto. Pero juicio y actuar del pueblo muestran, como ahora sucede, que la imaginación individual de esta generación no es afectada por el recuerdo colectivo, si así puede llamarse a lo que sobrevive.

Los mismos homenajes que, solidariamente, le hacen los gobiernos pierden en importancia. El viernes 8 de abril pasado al evento luctuoso en memoria de Garrido no asistieron ni Humberto Mayans Canabal —político descendiente del que Vargas Vila llamó “Sagitario Rojo”—, ni otros parientes como César Raúl Ojeda Garrido o Agapito Domínguez Lacroix.

Los últimos dos pueden alegar que, como sucede con otros personajes “homenajeados” interesadamente, les han robado oficialmente el recuerdo, la memoria histórica.

Mayans, tal vez, no consideró oportuno hacer presencia para no ser acusado de oportunista, como se piensa de Roberto Madrazo y los homenajes a su padre Carlos. Éste, no tuvo empacho en montarse en el cadáver de su progenitor, principalmente durante el tiempo de su gobierno y con miras a proyectarse hacia la Presidencia de la República. Aquel, muestra cautela, respeto y tablas políticas como secretario de Gobierno y aspirante a gobernador, a sucesor de Andrés Granier.

Roberto Madrazo, cuando era gobernador de Tabasco, también se montó en el cadáver de Garrido: para poder justificar que el nombre de su padre Carlos Madrazo se colocara con letras doradas en el Congreso, propuso antes a Tomás Garrido.

Esto, fue sólo un pequeño rubor histórico, porque los diputados no lo iban a impedir. El 20 de abril de 1998 colocaron el nombre de Garrido. El 9 de junio de 1999, el de Carlos Madrazo. Justo es el reconocimiento hecho a uno de los 17 gobernadores que ha habido después de Garrido: Francisco J. Santamaría, con más méritos que ambos. Así como el homenaje a la maestra Rosario María Gutiérrez Eskildsen.

Este viernes pasado, el orador oficial, Arturo Abreu Ayala, titular de la Coordinación de Apoyo al Desarrollo Municipal (Cadem) —cuyo discurso no fue arropado oficialmente— no sólo reconoció los aciertos de Garrido sino los de los sucesivos gobernantes tabasqueños. Uno a uno destacó sus luces. Y ocultó las sombras.

Salvador Neme Castillo fue el menos agraciado en ese recuento histórico. Manuel Gurría Ordóñez y Roberto Madrazo Pintado los más ponderados. Del primero —el gran traicionado de la historia política reciente— dijo que “nos arraigó el orgullo de ser y sentirnos tabasqueños”. De Gurría, que logró “la recomposición política y social del estado, a través de diálogo y concertación”, y de Madrazo —el chico—, que posesionó a Tabasco en el contexto nacional.

La verdad, interpreto lo que dijo Pepe Tiquet en el prólogo al libro de Amado Alfonso Caparroso, hay quienes se quedan arriba de la escalera.

Se observó que el mundo oficial se perdió el discurso. Ningún titular de los Poderes o de las dependencias, que normalmente acompañan al gobernador Granier en estos eventos, estuvo en el 68 aniversario luctuoso de Garrido, con excepción del secretario de Planeación, Gustavo Jasso Gutiérrez. Hubo puro representante.

El propio mandatario envió, por el Ejecutivo, a Ignacio de Jesús Lastra Marín, secretario de Desarrollo Económico; Rodolfo Campos Montejo, presidente del Tribunal Superior de Justicia, mandó a Lorena Hernández Arias, recientemente estrenada como consejera de la judicatura; y José Carlos Ocaña Becerra, líder del Poder Legislativo, al diputado Alfonso Rolando Izquierdo Bustamante.

Por el Ayuntamiento de Centro, el presidente municipal, Jesús Alí de la Torre, le dio su probadita de gloria a María de los Ángeles Frías Sánchez, coordinadora del Registro Civil. La XXX Zona Militar fue representada por Jesús Hernández Salgado.

LADO CLARO

Quienes hacen escalera y se encaraman en la Historia, tienen que saber bajarse a tiempo. A veces no se puede subir más.

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