miércoles, 13 de abril de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Abr 13

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
* erwinmacario@hotmail.com

Molino político (1)

Es urgente atender, y lo veíamos
ayer con el secretario de Gobernación,
los bordos del río Samaria-Cunduacán y
en su tramo fundamental Samaria-Oxiacaque,
para salvar tres municipios: Jalpa, Nacajuca y
Cunduacán. Humberto Mayans 021107 /
Segunda reunión de evaluación

Mucha razón tiene el colega José Antonio Calcáneo al exhibir, en toda su insignificancia, a su tocayo el diputado federal José Antonio Aysa Bernat, quien —como todo oportunista—, está llevando las aguas de las inundaciones a su molino político.

Aysa Bernat se considera el boga de las aguas fluviales tabasqueñas, el salvador, y está haciendo el ridículo. Hasta editó un “libro” sobre los problemas de las inundaciones, se dedica a regalarlo a políticos y a presumir que ha descubierto el agua hervida.

Dice Calcáneo: “pero al sólo escucharlo cualquiera puede darse cuenta de que apenas tiene conocimiento del tema y es uno más de los que buscan, a como dé lugar, sacar rajas de las catástrofes que ha vivido Tabasco a raíz de las inundaciones”.

Por eso lo barrajó el director local de la Conagua, Jorge Octavio Mijangos Borja.

El legislador Aysa escuchó, a destiempo, que las obras de la Compuerta del Macayo inundarán tierras de la Chontalpa y se montó en la ola. Hizo su libro —un folletín en realidad— y empezó a predicar en las aguas agitadas de Tabasco.

Pero no ha investigado a fondo. Eso de que las obras hidráulicas en el Macayo inundarían tierras de varios municipios, lo advirtió desde hace tres años —el 18 de abril de 2008— el propio José Luis Luege Tamargo, director general de la Conagua, al presentarse el mal llamado Plan Hídrico Integral de Tabasco.

Así que don José Antonio Aysa no está descubriendo el agua tibia, como quiere hacer ver con su folleto y sus intervenciones para “salvar Tabasco”.

A raíz de la Gran inundación (2007), Luege admitió que el proyecto del Macayo significaba “precisamente, de manera deliberada, inundar una zona para prevenir inundaciones en la región de Villahermosa”.

Y advirtió: “Pero, si deliberadamente vamos inundar una región donde hace más de 20 años se construyeron bordos en las márgenes izquierda y derecha del río Samaria, tendríamos que atender a fondo la situación de esta zona de inundación”.

Aysa Bernat quizás ni conozca este discurso, por lo que se lo aportamos para que siga engañando: “La zona de inundación del Samaria son 70 mil hectáreas, con una capacidad superior a los mil millones de metros cúbicos para recibir en las fuertes avenidas un volumen de casi cuatro mil metros cúbicos por segundo”.

Luege también explicó que “el tercer proyecto de las acciones urgentes es la conclusión de las obras de la estructura de control del Carrizal. Una estructura que conocen como El Macayo. Esta estructura que fue diseñada en el PICI tiene por objeto derivar parte del volumen del río Mezcalapa, pero en un mayor gasto hacia el río Samaria”.

En el interior de esos bordos hay carreteras, estructuras de Petróleos Mexicanos, tuberías, terraplenes, caminos y lo más difícil de atender, dos mil viviendas; muchas existían desde antes de la construcción de los bordos y otras se han ido asentando, dijo entonces el titular de Conagua.

Y expresó la preocupación: “Si en el programa de control se ha determinado como zona de inundación, quizá el problema más importante será atender la situación de estas dos mil viviendas que resolveremos, estoy seguro, de la mejor manera”.

Es cierto. Nada se ha resuelto y ya con el cambio de “curvas guías” se está inundando Nacajuca, pero esa es otra novela: Petróleos Mexicanos ha construido peras, caminos de acceso a sus pozos y ha represado las aguas, que no encuentran salida.

Proteger a Nacajuca y otros municipios ha sido tema desde los días de la inundación. Humberto Mayans le dijo al presidente Calderón, el viernes 2 de noviembre de 2007, que era necesario proteger los bordos del río Samaria-Cunduacán y en su tramo fundamental Samaria-Oxiacaque, para salvar tres municipios: Jalpa, Nacajuca y Cunduacán.

“Esta es la zona más baja de todo el estado, está por debajo del nivel del mar y es fundamentalmente zona indígena, donde habitan indígenas chontales, mismos bordos que muestran serios problemas de filtración. Estamos atendiendo ya el asunto con base a un diagnóstico, pero sería muy delicado que este bordo se rompiera”, dijo Mayans Canabal.

Pero Aiza Bernat agita su banderita para medrar y justificarse. Tal vez para ser visto y seguir en la chiche del Gobierno.

Para su pasquín no ha tomado en cuenta lo mucho que se ha dicho sobre el agua en Tabasco y que es fácil localizar en la Internet. Si investigara, podría descubrir cuánto ha escrito este columnista sobre el tema.

Y se evitaría ser exhibido por gente como Luege, pues desde el viernes 2 de noviembre de 2007 el gobernador Granier dijo: “Con la tragedia que estamos viviendo, los tabasqueños no estamos buscando culpables, sino soluciones para evitar que la historia se repita”.

LADO CLARO

Más oscuras y fétidas que las aguas que inundaron Villahermosa en 2007, son las intenciones de gente como José Antonio Aysa Bernat, montado en la tragedia de Tabasco.

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