jueves, 14 de abril de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Abr 14

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
* erwinmacario@hotmail.com

Molino político (2)

(El zapatismo) no tiene que ver nada
con el Plan Puebla-Panamá, más que
el hecho de que si llega a haber algún
proyecto en el que una comunidad no
quiere que pase por esa zona, pues lo
ponemos en otro lado, no nos vamos a
pelear con nadie. Vicente Fox 150601/
La Prensa Gráfica

Mucho antes que empezaran las inundaciones fuera de control en Tabasco y principalmente Villahermosa; muchos años antes que surgieran “molineros” políticos como José Antonio Ayza Bernat, quien con unos pocos datos sobre el agua se encarama en el cayuco del oportunismo, se había advertido sobre el peligro del mal manejo de las presas hidroeléctricas y la necesidad de obras hidráulicas alternas para evitar inundaciones en esta entidad.

Por eso da lástima que este diputado federal haga el ridículo en la búsqueda de los reflectores mediáticos, independientemente de su filiación política, del grupo en el que hace roncha.

En agosto de 2002, el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC), emitió un boletín en que revela los megaproyectos hidroeléctricas que se pretendían dentro del Plan Puebla Panamá, muchos de los cuales si bien perjudicarían a Chiapas —y a Guatemala el más discutido, el de Boca del Cerro— serían una salvación para la planicie tabasqueña.

Llamaba la atención: “La Comisión Mundial de Represas (CMR), luego de su informe sobre el impacto negativo que han causado las presas hidroeléctricas en el mundo, realizó una serie de recomendaciones a los gobiernos y empresas (www.dams.org). Además, en marzo del 2002, en el I Foro Mesoamericano por la Vida, Frente Regional contra las Represas (www.ciepac.org), llevado a cabo en el Petén guatemalteco, a orillas del río Usumacinta, más de 300 participantes de comunidades indígenas y campesinas de Chiapas y otros países de Centroamérica, El Caribe y Sudamérica, rechazaron rotundamente la construcción de estas represas (ver Boletín "Chiapas al Día" No. 283 de marzo de 2002). Muchos estudios y experiencias ya han advertido sobre el peligro de estos megaproyectos hidroeléctricos (ver en ww.ciepac.org los Boletines "Chiapas al Día" Nos. 285-287)”.

La verdad es que las obras que desde antes habían sido propuestas y avizoradas por gente como Leandro Rovirosa, no se construyeron a tiempo ni en Chiapas ni en Tabasco.

Como el legislador federal anda muy preocupado estos días de calentura política, vale la pena darle algunos datos para que haga otro “libro” y siga buscando foros extra Congreso en vez de mantener su voz allá arriba para que se aplique una adecuada política en materia del recurso agua.

Que investigue que se puede hacer con las presas del sistema Cancuc, en los Altos de Chiapas, de acuerdo con la exploración geológica de Gustavo Arvizu Lara y Moisés Dávila Serrano —los mismos del proyecto del Usumacinta—, que pretendían, con túneles transferir agua del Grijalva al Usumacinta.

Que averigue la verdad sobre la presa Itzantún, localizada en Huitiupán, Chiapas, denominada por la CFE “exploración geológica-geofísica del túnel de conducción Itzantún-Cuitláhuac, Chiapas y que buscaba “obtener un mejor aprovechamiento de los recursos hidráulicos en la porción del sureste del país, se prevé la transferencia de agua entre dos cuencas. El arreglo se conforma de varias presas pequeñas, canales y túneles”.

Por falta de espacio sólo otros datos del documento base de este texto:

“Ante esta dificultad, el Proyecto Nacional "México Tercer Milenio" propone desarrollar presas de almacenamiento y sistemas de conducción-transferencia sobre los ríos Tepaté, Pichucalco y Puyacatengo-Teapa, más al norte sobre el mismo río, donde se podría concentrarlos y derivarlos a un nuevo proyecto en el río Tacotalpa-La Sierra.

Esta presa complementaria quedaría aguas abajo del proyecto Itzantún y podría generar 660 Mw y 2185 millones de kW/h que, además de su enorme lago artificial, controlaría la parte alta y media de la cueca del río Tacotalpa”.

Pero podría investigar el diputado Ayza sobre la Presa Mezcalapa, Tabasco-Chiapas que “se ubicaría a 27.5 kilómetros río abajo de la presa Peñitas con un dique-carretero de 13 kilómetros, y su planta hidroeléctrica en el extremo oriente con capacidad de 300 Mw, que generaría 950 millones de Kwh-a, para poder canalizar al río Mezcalapa sólo extracciones reguladas. Su vertedor, que estaría en el empotramiento oeste de la presa descargaría al río Las Flores, afluente del río Tonalá. Esto reduciría las inundaciones en la planicie costera de Tabasco”.

Ahora que si quiere argumentos para lucirse puede hablar de los proyectos fallidos de la presa Salto de Agua, que controlaría inundaciones al transferir los escurrimientos del Tulijá, por un túnel de 23 kilómetros, a Boca del Cerro, por el río Chancalá. O de la presa Chumpán, que canalizaría las extracciones de Tulijá y Usumacinta hacia el río Salsipuedes, que desemboca en Laguna de Términos.

Digo, licenciado, para que no se ver usted tan mal. Podría darle una repasada a los proyectos de las presas Quetzalli, en el Lacantún; Huixtán I y II, en río Santo Domingo; Jattza, en el río Jataté y la presa central Nance, en el río Tzaconejá. Se le vería como más inteligente. Y quizá le respetaría el director local de la Conagua.

LADO CLARO

Muchos políticos se meten en las aguas de la política sin saber que está hondo.

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